“Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción” – Bob Marley
Este artículo se publicó originalmente en inglés en noviembre de 2018.
This article was originally published in English in November 2020.
Todos esperamos encontrar algunos baches en el camino de la vida de vez en cuando. Hay momentos en que el bache es solo un pequeño punto en el radar. Otras veces, ese bache puede hacer que nos desviemos drásticamente de nuestro rumbo previsto y nos veamos obligados a crear un plan de acción completamente nuevo. Según el diccionario, la resiliencia es la "capacidad de adaptación frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos." Es con esos baches que alteran el curso que profundizamos para encontrar nuestra propia fuerza y resiliencia, y a menudo emergemos con un profundo crecimiento personal.
Tenemos que estar preparados para cambiar y adaptarnos. Para algunos de nosotros, el cambio puede ser algo tan simple como un cambio en nuestra rutina diaria o en nuestro viaje habitual al trabajo; otros están haciendo malabarismos para trabajar a tiempo completo y ayudar con el aprendizaje virtual para sus hijos; y otros tienen que crear nuevos planes para su futuro ya que sus trabajos han sido eliminados. Es a través de estos desafíos y cambios que llegamos a encontrar nuestra propia fuerza y capacidad de adaptación, mientras imaginamos un nuevo futuro para nosotros mismos y cómo convertir ese futuro en un éxito.
Pero, ¿y si nunca antes nos hemos encontrado con este tipo de cambio drástico? ¿Qué pasa si nunca hemos tenido que alterar el rumbo y cambiar nuestros planes de cinco años y de 10 años a algo que no habíamos imaginado previamente? Puede ser aterrador saltar a lo desconocido, dar un salto en algo nuevo o probar algo que hemos querido hacer durante un tiempo, pero que hemos tenido miedo de fallar. Después de establecer nuestras metas y diseñar nuestros planes, ¿qué podemos hacer para concentrar nuestra energía en recuperarnos y ser más fuertes que antes? El yoga y la meditación son dos herramientas poderosas que pueden ayudarnos a mantenernos enfocados, flexibles y adaptables.
Además de los beneficios físicos del yoga, el yoga también tiene la capacidad de ayudar a reducir el estrés, agudizar nuestra atención y equilibrar el sistema nervioso. Un programa de yoga restaurativo ofrece beneficios que trascienden la colchoneta, que puedes llevar contigo a tu vida diaria.
El yoga nos ayuda a encontrar resiliencia al:
Las investigaciones han demostrado que la meditación mejora la neuroplasticidad de nuestro cerebro: la capacidad de formar nuevas conexiones, lo que permite que aparezcan nuevos caminos y ajusta nuestra respuesta a cambios repentinos en el entorno. A través de una práctica regular de atención plena o meditación, entrenamos nuestro cerebro para mantener la calma en momentos de estrés. Permitimos que la parte del cerebro que piensa racionalmente tome el control de nuestra amígdala, el lado emocional de nuestro cerebro, y reduzcamos la respuesta de lucha o huida.
La meditación nos ayuda a encontrar resiliencia al:
Incorporar una práctica regular de yoga y meditación en tu vida ahora te ayudará a enfrentar las incertidumbres cuando se presenten en tu camino. Comenzarás a desarrollar las herramientas que necesitas para desarrollar la fuerza emocional, la autocompasión y la flexibilidad que precisas para responder a los desafíos que enfrentarás y convertirte en el individuo resistente y fuerte que puedes ser.
*Nota del editor: La información de este artículo está destinada únicamente para su uso educativo y no reemplaza el consejo, el diagnóstico o el tratamiento médico profesional. Siempre busca el consejo de tu médico u otros proveedores de salud calificados con cualquier pregunta que puedas tener con respecto a una condición médica y antes de emprender cualquier dieta, suplemento, acondicionamiento físico u otros programas de salud.
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Este artículo se publicó originalmente en inglés en noviembre de 2018.
This article was originally published in English in November 2020.
Todos esperamos encontrar algunos baches en el camino de la vida de vez en cuando. Hay momentos en que el bache es solo un pequeño punto en el radar. Otras veces, ese bache puede hacer que nos desviemos drásticamente de nuestro rumbo previsto y nos veamos obligados a crear un plan de acción completamente nuevo. Según el diccionario, la resiliencia es la "capacidad de adaptación frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos." Es con esos baches que alteran el curso que profundizamos para encontrar nuestra propia fuerza y resiliencia, y a menudo emergemos con un profundo crecimiento personal.
Tenemos que estar preparados para cambiar y adaptarnos. Para algunos de nosotros, el cambio puede ser algo tan simple como un cambio en nuestra rutina diaria o en nuestro viaje habitual al trabajo; otros están haciendo malabarismos para trabajar a tiempo completo y ayudar con el aprendizaje virtual para sus hijos; y otros tienen que crear nuevos planes para su futuro ya que sus trabajos han sido eliminados. Es a través de estos desafíos y cambios que llegamos a encontrar nuestra propia fuerza y capacidad de adaptación, mientras imaginamos un nuevo futuro para nosotros mismos y cómo convertir ese futuro en un éxito.
Pero, ¿y si nunca antes nos hemos encontrado con este tipo de cambio drástico? ¿Qué pasa si nunca hemos tenido que alterar el rumbo y cambiar nuestros planes de cinco años y de 10 años a algo que no habíamos imaginado previamente? Puede ser aterrador saltar a lo desconocido, dar un salto en algo nuevo o probar algo que hemos querido hacer durante un tiempo, pero que hemos tenido miedo de fallar. Después de establecer nuestras metas y diseñar nuestros planes, ¿qué podemos hacer para concentrar nuestra energía en recuperarnos y ser más fuertes que antes? El yoga y la meditación son dos herramientas poderosas que pueden ayudarnos a mantenernos enfocados, flexibles y adaptables.
Yoga y resiliencia
Además de los beneficios físicos del yoga, el yoga también tiene la capacidad de ayudar a reducir el estrés, agudizar nuestra atención y equilibrar el sistema nervioso. Un programa de yoga restaurativo ofrece beneficios que trascienden la colchoneta, que puedes llevar contigo a tu vida diaria.
El yoga nos ayuda a encontrar resiliencia al:
- Calmar el cuerpo. Cuando liberamos la tensión en varios músculos de nuestro cuerpo durante una postura de yoga, enviamos un mensaje a nuestro cerebro de que está bien relajarse o rendirse. Empezamos a relajar nuestro sistema nervioso, lo que nos quita la necesidad de sentirnos siempre en guardia, y nos da la oportunidad de encontrar más claridad mental. Es en esta claridad que podemos identificar una situación estresante y observarla por lo que es, en lugar de reaccionar ante ella.
- Enseñar al cerebro a ser flexible. El cerebro ama la repetición, la seguridad y la seguridad. El constante movimiento y cambio a lo largo de una secuencia de yoga desafía esa seguridad, obligándonos a aventurarnos en movimientos y posturas desconocidas o impredecibles. Obligamos a nuestro cerebro a salir de su zona de confort, le presentamos un desafío y lo obligamos a adaptarse a esos cambios. Una vez que se le presentan nuevas posturas, al cerebro le resulta más fácil relajarse en situaciones inciertas, lo que nos permite pensar con mayor claridad. Aceptamos la incertidumbre, en lugar de luchar contra ella, permitiendo que nuestros cerebros se relajen y se sientan cómodos con la incomodidad.
- Respondiendo a los desafíos cotidianos. Las posturas de equilibrio nos ofrecen la oportunidad de centrarnos y alinearnos. Cuando estamos de pie en la postura del árbol, por ejemplo, debemos aprender a concentrarnos, mantener la calma, concentrarnos en nuestra respiración y ser conscientes de los cambios sutiles en nuestro equilibrio, haciendo las correcciones necesarias. Gradualmente mantenemos la postura por más tiempo para ayudarnos a desarrollar resistencia. Esta práctica se puede aplicar fuera de la alfombra cuando nos enfrentamos a desafíos que nos desvían del rumbo, aplicando el enfoque y la calma interna que aprendemos al dominar una postura de equilibrio en nuestra vida. Nos damos espacio para fallar, pero aprendemos a ignorarnos e intentarlo de nuevo.
- Construyendo fuerza emocional. La confianza nos ayuda a confiar en nuestras decisiones, nos da el poder para superar la mayoría de las situaciones y comprender nuestras habilidades. Cuando nos mantenemos firmes en una pose de Guerrero, podemos encontrar la paz en el momento, a pesar de que nuestros músculos se activan. Encontramos una manera de hundirnos cómodamente en la postura y permitir que nuestros cuerpos se relajen mientras mantenemos la postura y desarrollamos fuerza física, todo mientras encontramos el coraje para soportar el desafío de la postura. Construimos fortaleza mental que nos ayuda a soportar los obstáculos que debemos enfrentar en la vida.
Meditación y resiliencia
Las investigaciones han demostrado que la meditación mejora la neuroplasticidad de nuestro cerebro: la capacidad de formar nuevas conexiones, lo que permite que aparezcan nuevos caminos y ajusta nuestra respuesta a cambios repentinos en el entorno. A través de una práctica regular de atención plena o meditación, entrenamos nuestro cerebro para mantener la calma en momentos de estrés. Permitimos que la parte del cerebro que piensa racionalmente tome el control de nuestra amígdala, el lado emocional de nuestro cerebro, y reduzcamos la respuesta de lucha o huida.
La meditación nos ayuda a encontrar resiliencia al:
- Cultivar el testimonio. El maestro espiritual Eckhart Tolle nos dice: "En lugar de ser tus propios pensamientos y emociones, sé la conciencia detrás de ellos". Nuestra mente crea su propia narrativa para la vida cotidiana: aprendemos a ser testigos de nuestros pensamientos, lo que nos da el control de cómo respondemos. Somos capaces de separar la emoción y el pensamiento, y observar el cambio a nuestro alrededor, en lugar de encontrar la emoción dentro de él. Podemos ubicarnos en el momento presente, dándonos control sobre nuestros sentimientos, aumentando nuestra autoconciencia y permitiéndonos manejar nuestros pensamientos y emociones, en lugar de ser consumidos por ellos.
- Aprendiendo a separarse. Encontramos la conciencia para liberar pensamientos y acciones que ya no nos sirven, permitiendo que nuevos patrones entren en nuestra vida. La meditación nos ayuda a comprender que no podemos planificarlo todo. Una vez que nos damos cuenta de eso, podemos rendirnos más fácilmente a lo desconocido. Trascendemos cualquier miedo o vacilación que podamos tener, y encontramos tranquilidad y satisfacción en el cambio.
- Ayudándonos a adaptarnos. La meditación brinda muchos de los mismos beneficios que brinda un adaptógeno; la meditación ayuda a nuestro cuerpo a recuperarse del estrés y volver al equilibrio. Cuando ocurre un cambio, nuestro cerebro entra inmediatamente en el modo "¿Qué pasaría si?" y visualiza innumerables escenarios, provocando una mezcla de consecuencias positivas y negativas. La meditación nos ayuda a cambiar ese hábito y aumenta nuestra capacidad de elegir nuestra respuesta cuando se presenta un cambio.
- Promoción de la autocompasión. El cambio puede ser aterrador: nos obliga a dejar la comodidad de lo que se "conoce", saltando a escenarios que quizás nunca hayamos imaginado. La autocompasión consciente nos permite centrarnos en nuestros sentimientos, pero luego cambiar esos sentimientos. Nos permite aceptar nuestras emociones, darnos cuenta de que solo estamos experimentando esas emociones, y nos permite cambiar nuestra perspectiva a un panorama más amplio: comprender que podemos hacer un cambio y aceptar el cambio.
Incorporar una práctica regular de yoga y meditación en tu vida ahora te ayudará a enfrentar las incertidumbres cuando se presenten en tu camino. Comenzarás a desarrollar las herramientas que necesitas para desarrollar la fuerza emocional, la autocompasión y la flexibilidad que precisas para responder a los desafíos que enfrentarás y convertirte en el individuo resistente y fuerte que puedes ser.
*Nota del editor: La información de este artículo está destinada únicamente para su uso educativo y no reemplaza el consejo, el diagnóstico o el tratamiento médico profesional. Siempre busca el consejo de tu médico u otros proveedores de salud calificados con cualquier pregunta que puedas tener con respecto a una condición médica y antes de emprender cualquier dieta, suplemento, acondicionamiento físico u otros programas de salud.
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